viernes, 4 de junio de 2010

Cariño

Me turban tus supiros de colores tenues
en los que vive mi corazón sin prisa
latiendo para alimentar tu vida
que pertenece a la mía indefectiblemente.

Desmayo con tus ojos dormidos
y me traslado al rincón imposible de tus sueños
donde habito irrealmente, felizmente
bebiendo de la fuente de tu voz.

Moldean tus dedos mi piel distraída
despertando formas inesperadas
en las que te refugias desesperadamente
hasta que exploten gritos en cascada.

Y tu piel, lugar de donde respiro
el aroma de tu vida con la mía
esculpiendo el tiempo y el espacio
en el que tu sabor se confunde en mis labios.

3 comentarios:

Javier López dijo...

La belleza hecha cariño, en tus manos que convierte las palabras en delicia.
Me encantó... ¿qué más decir?

Anónimo dijo...

"Me turban tus supiros de colores tenues
en los que vive mi corazón sin prisa"

Hay versos que son por sí solos una poesía completa, son como máximas, yo suelo llamarlos "yunques" porque tienen mucho peso, son como un golpe en seco que te deja sin habla.

Me gusta mucho como escribes.

Oriana P. S. dijo...

Quizá no haya más que decir, Javier.
A veces las palabras sobran.

Álvaro, bienvenido. Muchas gracias por tus palabras. Nos seguiremos leyendo.

Besos a los dos.