domingo, 19 de abril de 2009

Creencias obtusas



Con un grito atravesado en ninguna parte, vago. Esperando no sé qué cosas. Espero, desespero. Escarbo, escucho. No hay nada. Vacío. Es mi mente, es mi alma, es mi corazón. Se rompe, se repara, lo destrozo, no lo quiero. Maldito corazón que me hace estas bromas pesadas. Vuelo, paso por tu lado, no me ves, no me sientes, soy invisible, no me oyes, no me hueles, no me tocas, no me amas, no me hablas. Maldito corazón. No lo quiero, vete. Me llena, me rompe, me vacía, me trae, me lleva, me coge, me encoge. Mi piel se retuerce, te extraña, te quiere. Pero mi voz no soporta lo que mis ojos ven, lo que mis manos desean. Quiero una vida nueva, noches largas, quiero movimientos de lana, un corazón de hierro. No quiero sentir. Quiero fumar a tu salud. Por lo volátil de las palabras, lo ilusorio de tus besos, de tus mordidas.

Tus mordidas. Mis mordidas. Vamos al inicio. Al árbol de donde caímos. Al tiempo donde yo no sabía nada, ni sospechaba, sólo creía. Como si fueras una religión antigua. Déjame caminar por ese desierto donde están los te quieros de mis días buenos. No sé cómo empezar a creer, soy atea. Pero necesito tu verbo, tu carne, tu vino, tu pan.

Resulta que a veces

Resulta que a veces no quiero pensar en nada.
Resulta que a veces me siento parte de un engaño.
Resulta que a veces me lastimo a mí misma.
Resulta que a veces no creo ni una palabra de las muchas que escucho.
Resulta que a veces te quiero más que a nada y a nadie.
Resulta que a veces sueño contigo.
Resulta que a veces siento que te burlas de mí.
Resulta que a veces quiero todo contigo.
Resulta que a veces no quiero ni saber que existes.
Resulta que a veces me confundes.
Resulta que a veces quiero volar y sólo termino estrellándome.
Resulta que a veces te necesito como al aire que respiro.
Resulta que a veces prefiero ahogarme.
Resulta que a veces no sé qué quiero.
Resulta que a veces te persigo, sin saber por dónde vas.
Resulta que a veces me gusta escucharte.
Resulta que a veces me gusta imaginar la soledad, la muerte.
Resulta que a veces necesito explicaciones.
Resulta que a veces tengo la culpa de todo.
Resulta que a veces, sólo a veces, como hoy, tengo ganas de fumar, beber, llorar, desaparecer.

Resulta.
Sólo a veces.
A voces.
Resulta.
No resulta.