viernes, 19 de diciembre de 2008


You are here behind my tears.

Espejo


Resulta que a veces me sorprendo de mí misma. En las buenas y en las malas. Sucede que me miro y no puedo evitar no reconocer a este ser que se presenta delante mío. ¿Qúe quiere de mí y a qué a venido? No es quien yo conocía. Observo. Se parece mucho a alguien que tengo en el recuerdo, pero no logro precisar quién. Esta persona tiene, además, la osadía de hablar cuando hablo, de sonreír si lo hago o de mirarme reprobatoriamente si yo intento lanzarle una de mis miradas acusatorias. Quiero que se vaya, que desaparezca. No me gusta lo que este ser causa. Desasosiego, malestar, lágrimas, dolor, separación.



Resulta que ella viene a presentarse cuando yo me presento. Ella dice estar en el lado original de nuestra existencia y piensa que yo copio lo que ella hace. No. Desde mi lado, puedo asegurar que es ella quien imita. Es ella quien ha cambiado. Ella me ha cambiado a mí. No sé hasta qué punto nos podamos soportar, pero hay límites para todo. Nuestro límite es el cristal que nos separa, que hace que seamos la misma, pero al mismo tiempo una distinta de la otra. Una es evidencia de la otra.


Resulta que yo miro desde fuera y desde dentro. Ambas vienen, simúltaneas. Mi trabajo es solamente unirlas, esos segundos, esas dimensiones, esas refracciones. Una quiere cruzar para abrazar a la otra, pero no lo saben; y piensan que se odian, se recriminan cosas que no existen en el lado de quien está en frente. Son la misma, son hermanas. Pero, al mismo tiempo, no son. Quizá ninguna existe y soy solamente yo quien revela fantasmas de mundos diferentes.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Sueño de una noche de invierno


Duermo. Entre sombras vienes, lento, decidido, fuerte, varonil. Escucho tu respiración. Me dices que no abra los ojos, por más que quiera, no. Siento tus manos, vigorosas, ansiosas. Mi voz se vuelve jadeo. Tu aliento exhala deseo. Presagio tu boca en la mía, como una perversa adivinanza. Tu lengua, tus dientes de fiera contenida. Atacas. Entras. Rompes. Y en mi letargo de venado, me dejo ser, me entrego al ritmo de tu existencia. Sumergida en tu cuello, lista para asaltar tu más preciada vida. Sintiendo tu aroma de hombre entre mis gemidos de víctima complacida. Ya estás dentro y yo, alrededor. Ocupando todos los espacios, una sola masa de vapores y humedades. Hasta llegar a la misma buena muerte. Sangrienta. Caliente. Abundante. Desmayo.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Pues...



Mañana por la mañana empezará el resto de mi vida. Lluvia, sol, tormenta o viento, no sé, pero son los días que me quedan. Son horas sin nacer, mis próximos cinco minutos no están fabricados aún, pero es posible que ya estén predichos. Es el destino algo truculento, casi impalpable. Existe, pero no se le ha visto.
Esto del arrepentimiento cuando de verdad no tienes de qué arrepentirte. Debo arrepentirme. Quizá mañana. Hoy no quiero. Mi hoy está terminado, prefiero vivir mañana. Pero no siento pesar, aunque debiera. Será parte de mi ayer. De lo que fue y no se puede borrar, de lo que está sellado con fuego en mi piel, como el azul de mis espaldas. A fuego.

Mañana por la mañana será el comienzo del retorno a mis brazos, contra mi voluntad. No quiero volver. Quiero seguir este camino lleno de preguntas, lleno de cuadros en blanco.
Esto de la incertidumbre. Quien me diga las cosas claras se ganará un beso... o quizá no. Hay explicaciones numerosas, cual flores en el bosque. Las hay amarillas y rojas. Nunca he visto una explicación azul. Y se entiende que ésa es precisamente la que yo quiero. Azul. Existen explicaciones largas, pero yo quiero una corta, concisa, fulminante. Sí o no. Mañana o no. Somos o no. Quizá no. No.

El viento en la isla.

martes, 4 de noviembre de 2008

Fin.


Y es así que esta historia termina, luego de girar incierta. En idiomas raros, en habitaciones ajenas. Te vi como un hechicero malo, malvado, maligno. Y yo caí ante tu embrujo. Qúe nubes azules y verdes me envolvieron, qué brazos tenues y escurridizos me atraparon. Embrújame otra vez, la última, con muertes súbitas y fulminantes. Aniquílame.

Entre estas páginas me escondo.
Entre estas palabras me acuesto.
Entre estas palabras reposo.
Entre estas letras olvido.

No hay nada mejor que buscarte.
No hay nada peor que perderte.

Cuatro años para saber que existes.
Cuatro años al otro lado de mis sueños.
Cuatro días para borrarte.
Cuatro días para volver a mi dueño.

No hay nada mejor que abrazarte.
No hay nada peor que soltarte.

Melancolía.



Revueltas las sábanas conmigo entre ellas. Cavilo. Realizo que no estuvo bien. Fue bueno, pero no estuvo bien. Con esta mezcla de tu rechazo y mi obsesión quiero dormir. Se me ocurre que quizá hubiera sido mejor seguir en lo incierto.

Hay alguien que me espera. Alguien que no tiene la más absoluta idea de ciertas cosas, de muchas, a decir verdad. Quisiera no ser esperada, para seguir vagando sin rumbo. No tengo hogar. No tengo caminos. Sólo soy dueña de mis pocas mentiras y de todos mis lunares.

Si alguien me lo hubiera dicho, me lo hubiera advertido, lo hubiera hecho igual...

lunes, 3 de noviembre de 2008

Tú.


Te acabo de leer. Si es que es posible leer con los ojos llenos de lágrimas, quizá son necesarias, como un lente de aumento, como para cambiar la realidad. La realidad. No hay nada más irreal que lo que no se puede creer, no hay nada más irreal que lo que te tocó conocer.

Y te sigo llorando, no sé bien porqué, pero estos cristales redondos caen como piedras huecas en el río de tu pesar. Tú también eres azul, como yo. Pero tus tonos se me desvanecen, no te puedo alcanzar. Y eso es lo que más quiero, no te vayas, déjame cogerte las manos y reconocer tu dolor. Déjame secar tus lágrimas en silencio, mientras yo derramo las mías por ti. No quiero que te me escapes, ya te encontré, ya te adopté... ¿te dejarás abrazar?

Me encantaría decir que todo va a estar bien, pero yo no soy dueña de esas verdades, no tienen mi nombre, pero he visto que tienen el tuyo. Lo único que me provoca es crearte un hogar, para que dejes de tener frío. Poner luz y calor, hacer que todo pase, que sonrías más, pero sonrisas ciertas, no quiero sonrisas de papel. Esas no son bonitas.

Te lo pregunté antes y te lo pregunto ahora, si tú hubieras sabido que todo esto iba a pasar, ¿lo hubieras hecho igual? Y yo sigo pensando que sí. Son dichas que nadie te puede quitar.

Ya no estoy llorando, pero esta melancolía que me producen tus ojos, esta sensación de infinito, este sabor a nostalgia, a vulnerabilidad... te tengo que cuidar. Me da.

Deseo.


A esta hora y en este lugar. Me han contado que se esconden, que huyen para abrazarse. Mira por encima del hombro, no vaya a ser que alguien te siga. Es una histora sin comienzo, pero tiene fin. El fin son tus besos, tus brazos.

Seres falsos, mentirosos, llenos de ganas y en brasas. Entre valles, montes y volcanes, son relámpago y miel. Beso a beso, hasta ya no ser, dejar de existir. Seres azules y rojos, cual luna y sol, fundiéndose en el rito sagrado al compás del tambor. Ahora sólo es un recuerdo, son sólo imágenes y dolores buenos. Este recuerdo me pertenece y te pertenece. Es nuestro... y a veces de nadie.

Si dijera que quiero más, sería una petición sin sentido. No quiero, pero deseo. Y me han contado de estos dos que en sueños se siguen encontrando para abrazarse. Mi meta es tu beso. Mi lugar son tus ojos, tus manos. Pero es sólo algo que me han contado, porque nada es real, es un querer falaz. He oído de estos dos, noche y día, sol y luna, monte y valle, volcán y ceniza, monte, piernas y dedos.

Sólo nos queda el silencio, el secreto de lo no sucedido, el sonido de lo que nunca pasó. No hablaremos más de esto, nunca existió. Estuviste, pero no sé si estás y seguramente no estarás. ¿Quién sabe? En cinco vueltas de papel habremos escapado a este utópico lugar, esto de no ser... ay. Es cosa de volver. A esta hora y en este lugar.

domingo, 26 de octubre de 2008

Drømmer i blå...


Men... hvis vi ikke har vært, hvorfor er det så vondt?

Hjelp meg å fly, sier jeg, og du bare drar meg ned. Var det nødvendig å drepe de drømmene der? Jeg har ikke falt, men du svever enda i mitt hode. Dette er som en blå drøm, forvirrende, uvirkelig, trist, uendelig... blå og bare min. Som mine blå stemmer og dine blå øyne. Jeg er så blå.
Det blir ikke noe blå kveld for oss, ikke noe blå lys. Kald som en blå vind. Å, som jeg fryser... å, som jeg trenger ly. Jeg bare står der og venter å bli hentet. Og det blåser, og det regner, og jeg vil bare fly... og du bare drar meg ned.
Jeg har ikke falt, men det er vondt. Skal ikke falle, det kan jeg love deg. Og du må tro på meg. Men hold meg nå, det kan godt hende at jeg bare vil til månen, til armene dine. Det kan hende at jeg vil til denne ukjente varmen. De endeløse nettene som kommer... nei, de vil jeg ikke ha.
Skal jeg fortsette å drømme... her kan du bo så lenge du vil. I mine blå drømmer.

sábado, 25 de octubre de 2008

Desgano.

Ay. Esto de quererlo todo y nada a la vez. Me mata, me corroe, me malogra, me arruina. Esto de pensar en ti cuando no estás. Y el problema es que nunca has estado, y quizá nunca estarás. Y eso es lo que me hace mal, el hecho de que no hayas estado. Ya. Y tampoco vas a estar. Sigo hundiéndome en este círculo sin final, cayendo y cayendo. Vértigo. ¿Qué me has hecho? No me has hecho nada, y volvemos al tema de que no estás, ni estuviste, ni estarás. Me jalas sonrisas tontas, haces nacer mariposas, cantas en lenguas ajenas, logras nubes en mí, todo es azul por ti. Pero, si esto no es lo que no se puede decir... ¿qué es? No es, solamente se parece. Pero yo no quiero lo parecido, quiero lo real. Promesas vagas y efímeras, como los besos que no me regalaste, las noches que no te di. Ya es tarde, bebe tu café, que se enfría mi pasión por ti. Como pasión que es, no es real, pero la quiero. Con todas mis ganas, con todas mis fuerzas. Quiero que sea mía, sólo mía. Pero no está bien, no es, ni fue, ni será. Y estas ganas de ser y no ser, entre tu geografía prometida, estas ganas de dar y no dar, este abrazo no entregado, este volcán en erupción. Me quema. No soy de ti, como tú no eres de mí. Es ahí donde espieza este no ser, este no estar. No soy de ti, y me tenías prometido este desmayo. No eres de mí, y te he regalado palabras. Estas palabras, las que no mereces, pero igual te doy. Que el viento se las lleve, que sean de otro. Desespero, grito, no vienes ya nunca más. Sólo tengo silencio y lluvia a mi alrededor. No quiero más nada.

Volver.


Volver a escribir
cosas que no escribía antes.
Volver a aquel camino,
vivir lo vivido.

Muchas noches en tristeza,
soledades desiertas,
no soy yo, soy yo.
Vivir lo vivido.


No fue tan difícil,
es sólo fluir,
dejar ser, dejar vivir.

Respira profundo sin mirar.

Intento huir, es un volcán,
fugaz, solitario, está mal.
Es difícil, es real,
son sólo voces en mi portal.

Ya no escribía
lo que, por ventura, acontecía.
Mar, luna, lluvia lateral,
este viento me va a matar.

Ojos donde no los hay,
tu piel con sabor a sal,
mírame, puedo levitar,
soy de cristal, soy de cal.

Abre la puerta, me quiero ir,
déjame ser, no soy feliz,
días oscuros, color añil.
Vuelvo a escribir lo que no viví.



(26.ix.2008)

Ay.



Torrentes de aguas raras, frías, nevadas, mías.

Son los encuentros entre tus rincones, son las voces en tus esquinas, rayo luminoso son final. Aquellos encuentros falaces en este mundo desconocido, en estas calles azules. Porque el azul lo llevo aún a cuestas en mis espaldas. Azul como estos días y manantiales.

Si te hubiera conocido en otras vidas, no hubiera reaccionado, somos lo que el camino hace, lo que los sueños retratan.

Y yo sigo tratando de escapar, de no ser.




(26.ix.2008)

Blå.


Aldri er for alltid.

Som ting som knapt begynner og må bare slutte. Som en blå kald måne. Som en blå varm sol. Blå som tristheten jeg bærer i skuldrene. Blå som kvelden uten slutt. Blå som meg. Blå som deg. Vil være som snøen, kald og hvit. Vil være som tristheten, lang og trist. En trist tristhet. Uten tårer er ikke trist. Ikke verdt uten tårer. Blå store tårer. Mine tårer lager en blå elv. Blå trist elv. Som hyller, som sukker og håper om andre blå nyfødte øyne.


Aldri er for alltid.

Hele tida i mine fingrer, mellom hårene mine, gjennom mine dager, mine liv. Liv som jeg ikke lenger kan huske, men bare mine. Gidd jeg kunne gå... bare for å gå, så lenge som mine føtter kunne ta meg. Gidd jeg kunne fly... bare for å fly, med mine blå vinger. Gale pianoer klynger den blå melodien som er mitt liv. I dag er en god blå dag, en blå god begynnelse.